miércoles, 28 de octubre de 2009

Con Rumbo Fijo

De pequeño creía que mi tortuga crecería tanto como las que salían en la tele y podría montarme en ella algún día y pasear por ahí. Como yo aun no he crecido gracias a mi síndrome de Peter Pan me reflejo como un niño en este autorretrato, recorriendo con rumbo fijo a paso firme y seguro el camino que el destino me ha marcado.

Y de momento no me he perdido del camino, de hecho, creo que todo va genial, en continuo modo esponja, absorbiendo todo lo que puedo aprender de la gente que me encuentro en él, gente fantástica que tengo la suerte de conocer y que me ayudan a recorrer este sendero, cualquier persona, cualquier experiencia me hace crecer, asique, a ti que estás leyendo esto; ¡Gracias!